La peluquería que corta y recicla el cabello

La peluquería que corta y recicla el cabello

Reciclar el cabello es un hecho, en Saint-Zacharie, al sur de Francia, se ha iniciado una revolución: el peluquero Thierry Gras decidió crear una asociación para aprovechar los restos de pelo cortados, introduciendo este elemento dentro de la economía circular. Gras propone darle una nueva vida al cabello convirtiéndolo en filtros contra la contaminación.

¿Cuántas veces va una persona a la peluquería a lo largo de su vida? ¿Y al año? La respuesta puede variar: tal vez sean muchas o tal vez no tantas, pero de vez en cuando todos nos cortamos el pelo. El proceso siempre es el mismo: vamos a nuestro salón de confianza, nos lavan y nos cortan el cabello, este cubre —en mayor o menor medida– el suelo del establecimiento, alguien coge una escoba y barre los restos de tu cabellera… ¿Dónde acaban? Casi seguro, en la papelera. Pero, ¿y si no fuese así? ¿Hay alguna alternativa? Algunas personas optan por recoger su pelo y donárselo a alguna asociación especializada en fabricación de pelucas; sin embargo, es necesario cumplir una serie de requisitos que no siempre se dan —un número de centímetros exacto, que se trate de pelo natural y no teñido…—, así que no siempre es la mejor opción.

¿Y si pudiésemos (ayudar a) salvar el planeta con nuestro pelo? ¿Es posible darle una segunda vida al cabello más allá de la donación? La respuesta la tiene el peluquero francés Thierry Gras, propietario del salón Le Var en Saint-Zacharie, al sur de Francia. A través de su asociación, Coiffeurs Justes (Peluqueros justos), se dedica a reciclar cabello cortado y reintroducirlo como nuevo recurso en el mercado.

Esta peculiar iniciativa pretende revalorizar la peluquería, y dejar de considerarla algo superficial y meramente estético

Tan solo en Francia se cortan al año más de diez toneladas de cabello que, según Gras, suponen un despilfarro. La filosofía detrás de su peculiar iniciativa es dejar de entender la peluquería como un acto superficial, algo que hacemos solo para vernos más guapos, y revalorizar el hecho de cortarse el pelo, dándole un nuevo propósito. Para ello, en los salones asociados a Coiffeurs Justes te darán una bolsa con tu pelo cortado que tendrás que depositar en uno de los contenedores de reciclaje de cabello que se encuentran en la región de Saint-Zacharie para que su contenido sea reconvertido en fertilizantes, aislamiento para viviendas, hormigón armado o sistemas de filtrado de agua, hidrocarburos y vertidos de petróleo. Todo este proceso, más allá de darle un nuevo uso a un elemento —hasta ahora– inútil, fomenta la creación de nuevos empleos relacionados con la recogida y el reciclado del cabello.

La asociación de Gras reúne a peluqueros y establecimientos de todo el país galo, comprometidos con el medio ambiente y dispuestos a llevar a cabo una campaña de sensibilización y concienciación dirigida tanto a otras peluquerías como a empresas de reciclaje, a la población y a las empresas a las que llegará el cabello reciclado. Su propósito último es hacer ver al público que el pelo, como materia orgánica, puede usarse de nuevo en otras industrias después de cortarlo.

Desde que en 2018 Coiffeurs Justes se hiciese oír en el mundo de la belleza francesa han conseguido revalorizar los mechones cortados en buena parte del territorio. Gras y sus colaboradores difunden su mensaje ecológico trabajando en conjunto con diferentes actores locales para seguir innovando en la reutilización del cabello que acaba en las papeleras de las peluquerías. Una gran iniciativa que establecimientos de otros países podrían adquirir como propia para conseguir un planeta más ético y sostenible.

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