Los contenedores de reciclaje para escuelas son un impulso para el cuidado y la conservación del medioambiente y la concienciación de las generaciones futuras. Las escuelas son espacios donde se generan bastantes desechos y residuos en el día a día.
El proceso de reciclaje debe comenzar en cada hogar, con la separación correcta de los residuos. Depende de cada uno de nosotros cribar lo que va en cada bolsa, y es por eso nuestra tarea es tan importante: en nuestras manos está el primer paso del ciclo que dará una nueva vida a la materia de desecho.
Con el auge de los servicios de delivery, las bandejas para entregar los alimentos se han convertido en unos envases muy presentes en nuestro día a día. Son reciclables, pero, con tantos tipos diferentes, la confusión está servida.
Es importante cuidar al mínimo detalle lo que hacemos en nuestro día a día, como por ejemplo, ¿tiramos la basura en bolsas de plástico? Seguramente sí, porque son los tipos de bolsas que habitualmente se compran en los supermercados, y aunque sea algo contradictorio las usamos para el vidrio, los restos orgánicos, el papel, y en el mejor de los casos, los envases.
En línea con los objetivos europeos y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) ‘España Circular 2030’ presentada en junio de 2020 busca reducir al mínimo la generación de residuos y que se aprovechen al máximo los que no se pueden evitar.
La acción de reciclaje no comienza en las plantas de selección ni en las recicladoras, empieza mucho antes en nuestras casas. La responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros de distribuir bien la basura en el contenedor de reciclaje adecuado es básica para agilizar el trabajo.
El reciclaje orgánico es aquel en el que los desechos reciclados son naturales, orgánicos, como alimentos, seres vivos o excrementos y deben tirarse al contenedor de color marrón.
Seguro que para vosotros y vosotras no es ningún misterio que la tierra de jardín es esa que tenemos en exteriores. Pero puede ser muy semejante a aquella que tengamos en macetas, por ejemplo. Si lo que queremos es tener plantas de algún tipo, es habitual que compremos abonos o tierras que tengan nutrientes suficientes como para sustentarlas. Y esto también podemos considerarlo tierra de jardín.