Moda reciclada en España: Reutiliza tu ropa vieja, ¡haz que circule!

Moda reciclada en España

La Moda reciclada en España es cada vez más común. Un paraguas hecho con tela de paracaídas usado, una mochila que renace de lo que en su día fueron unos pantalones o una chaqueta realizada a partir de redes de pesca desechadas en el mar. La moda reciclada es tendencia y la proliferación de nuevas firmas preocupadas por el medio ambiente, sobre todo en los últimos, años ha demostrado su éxito.

Definición de moda reciclada

Como los términos pueden dar lugar a confusión, algunos especialistas del textil diferencian “moda sostenible” de “moda reciclada”, si bien una puede abarcar a la otra. La “moda sostenible”, incluiría, por ejemplo, una prenda fabricada a partir de algodón ecológico, con una huella hídrica reducida (acreditada) y tinta ecológica. La “moda reciclada”, en cambio, se refiere a todas aquellas prendas que se hicieron a partir de materiales de desecho, aprovechando los residuos como recurso y contribuyendo a limpiar los ecosistemas terrestres y marinos. Ésta, sin embargo, no necesariamente tiene que ser sostenible, ya que este concepto también implica, entre otros requisitos, que los salarios sean justos.

En el caso de Ecoalf, por ejemplo, la empresa se define como “moda sostenible” pero es a su vez “moda reciclada”. Su fundador y presidente, el madrileño Javier Goyeneche, explica en la web de la firma que ésta surge en 2009 de su “frustración por el uso excesivo de los recursos naturales del mundo y la cantidad de residuos producidos por los países industrializados”.

El objetivo, dice Goyeneche, era “fabricar la primera generación de productos de moda realizados con materiales reciclados de la misma calidad, diseño y propiedades técnicas que los mejores productos no reciclados, demostrando que no es necesario seguir abusando de los recursos naturales del planeta de una forma indiscriminada”.

La moda reciclada en España

El término “upcycling” se refiere a la “reutilización creativa”, como es, por ejemplo, recortar una camisa vieja y hacer de ella una diadema, o cualquier otra transformación de materiales que requiera un poco de imaginación.

Hay firmas de moda que ya se han especializado en esta tarea. La empresa Upcyclick combina dos tendencias de este tiempo: el comercio electrónico y la producción responsable, en este caso, a partir de la moda reciclada.

La idea es, cuanto menos, innovadora: las fundadoras de Upcyclick han creado dos comunidades, la de “amantes de la moda” (fashion lovers) y la de “hacedores de la moda” (fashion makers). Los primeros, según este modelo, son los que deciden darle una segunda vida a su ropa. A través de esta plataforma, que pone a su disposición diferentes diseños con los que inspirar, el “amante de la moda” conecta con el “hacedor de moda”,  a quien encarga reconvertir su prenda -ya obsoleta- en la que tiene en mente, una nueva.

Una segunda oportunidad para la ropa

Reciclar es siempre positivo para el medio ambiente, en tanto que se reduce la necesidad de extraer recursos y evita los procesos de producción de nuevas prendas, que tienen un costoso impacto ambiental. Pero incluso antes de esta “r”, la moda -que, como sabemos, es cíclica- presta la oportunidad de acudir a otra “r”, la de “reutilizar”.

Lo “vintage” está de moda, y las tiendas de los centros urbanos cosmopolitas lo saben. Los comercios se llenan de ropa de otras épocas que, no sólo es más barata que las recientemente fabricadas, sino que a menudo tienen mejor calidad -pese a sus años- y guardan el estilo retro que siempre es tendencia. En algunos países, como en los del norte de Europa, los mercadillos ambulantes o “flee markets” se llenan de jóvenes que prefieren darle una segunda oportunidad a las prendas antes que comprarse unas nuevas. En España parece que también vamos por ese camino.

Así, la industria textil, tan contaminante como la conocemos, brinda sin embargo un sin fin de soluciones para hacerse sostenible, sin tener que elegir entre reducir, reutilizar y reciclar. Más bien al contrario, tener un estilo que respete los límites del planeta pasa por combinar las tres “r”.

Compartir se ha convertido en los últimos años en un concepto mucho más amplio que la solidaridad o la generosidad. Ahora se trata de que los productos que el hombre ha fabricado usando recursos naturales (materia prima, agua, energía-…) circulen, cambien de manos y contribuyan a mantener nuestro capital natural. Cuando reutilizas tu ropa vieja, creas un círculo rentable.

De ahí que se hayan multiplicado los negocios que implican la venta de ropa de segunda mano o el alquiler de objetos de manera que a lo largo de su ciclo de vida útil puedan ser usados por varias personas a la vez. Uno de los sectores en sumarse primero a esta tendencia han sido los vehículos. Las empresas de carsharing y motosharing, o los servicios públicos de préstamos de bicicletas, así como las iniciativas para compartir coche, como BlaBlaCar, Amovens, Compartir.org o Compartircoche.org son un ejemplo.

La Moda reciclada en auge

El mundo de la moda reciclada está en auge, cada día más concienciados con la necesidad de incorporar mayores criterios de sostenibilidad a su forma de hacer negocios no ha querido quedarse fuera. Y en este caso, más quizás que en ningún otro, los beneficios son tanto económicos, sociales y medioambientales. Se ahorran recursos, se reducen emisiones, se generan menos residuos y se abre la posibilidad de adquirir ropa a un precio menor.

Según el estudio “Timeout for fast fashion” la compra y el uso de prendas de vestir contribuyen con alrededor del 3% de las emisiones mundiales anuales de CO2, una cifra que incluye tanto la fabricación, la logística y el uso, como el lavado, el secado y el planchado. El informe, publicado por Greenpeace, demuestra que si alargamos la vida útil de la ropa uno a dos años podríamos reducir estas emisiones en un 24%. En cuanto al gasto de agua, un estudio de El Corte Inglés, la Fundación Botín y el Instituto Tecnológico Textil calculó la huella hídrica de varias prendas de ropa, apuntando que fabricar un pantalón de algodón requiere 3.305 litros de agua de promedio. Por cierto, que muy pocas veces se recuerda que España tiene marcado con la Unión Europea el objetivo de recuperar 490 millones de kilos de residuos textiles en 2020, cuando en realidad hoy en día más de 300 millones de kilos van a vertederos.

Más que compartir, la moda está aportando su grano de arena a la economía circular -que además de sostenible es rentable-, sobre todo a los mercados de segunda mano. En un principio, empezaron a sumarse cadenas de tiendas que estaban relacionadas con el mundo de la cooperación. Es el caso de Humana, una fundación que recoge ropa usada y con su venta financia programas de cooperación y ayuda social. Cada año más de dos millones de donantes depositan la ropa que ya no quieren en los contenedores de esta cadena de tiendas, prendas que compran más de un millón de personas a precios más asequibles.

También las tiendas “Oxfam Intermón Segunda Oportunidad” nacieron en agosto de 2013 como una fuente de ingresos para financiar proyectos y actividades de la organización: cooperación, acción humanitaria, comercio justo, sensibilización y movilización social. Venden ropa de segunda mano, están gestionadas por un equipo de personas voluntarias y se autoabastecen gracias a la donación de ropa.

En casi todos los casos, sean iniciativas de ONG o de empresas privadas, la entrega de ropa se hace de manera altruista, como una donación, sin contraprestación a cambio. Simplemente, en vez de tirarla a la basura, entregándola a una de las cadenas que han puesto en marcha alguna de estas iniciativas sabes con certeza que van a poder ser usadas por otras personas y que contribuyes a cuidar del medio ambiente o a financiar proyectos que tienen un beneficio social.

Multinacionales de la moda como el Grupo Inditex también se han apuntado a esta sencilla forma de colaborar con la economía circular, y en tiendas como H&M o Zara tienes la posibilidad de depositar la ropa usada que ya no quieras.  Según los datos que maneja el Grupo Inditex el 95% de la ropa que termina en vertedero podría utilizarse.

En el caso de Zara, a través de su iniciativa “Join Life”, se facilita el depósito de ropa usada en algunas de sus tiendas, y en España también se puede solicitar la recogida a domicilio de ropa cada vez que se hace un pedido online. Todas las prendas que recogidas se separan y clasifican para darles el destino más adecuado: se donan, se reciclan, se transformarán en nuevos tejidos o se comercializan para financiar proyectos sociales de organizaciones sin ánimo de lucro con las que colabora la cadena de moda. Como ejemplo de economía circular, Zara colabora con la empresa Lenzing para el desarrollo de un sistema por el que pueda entregarles el residuo textil de algodón de su cadena de producción para que lo transformen en una nueva fibra que han desarrollado a partir de algodón reciclado y madera de bosques gestionados de forma sostenible.

En el caso de H&M la campaña de recogida de ropa, sin ánimo de lucro, se llama “Bring it on” y se aprovecha hasta el metal de los botones. “Creemos que las prendas se merecen un final mejor que terminar en vertederos. De ahí que en nuestra reciente iniciativa Conscious hayamos introducido dos diseños nuevos en 500 piezas únicas; a partir de denim usado. Entendemos que con prendas usadas se puede confeccionar una moda fantástica”, dicen en su web.

Y hablando de “jeans” y de una manera distinta de compartir no podemos dejar de citar la idea que ha puesto en marcha la empresa Mud Jeans que alquila pantalones vaqueros fabricados con algodón ecológico, aunque todavía no está presente en España.

Además de todo esto, el mercado de ropa de segunda mano o de retales se está convirtiendo en un negocio rentable, como demuestran varios estudios. Desde la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil insisten en que el comercio de ropa usada en España está en auge. “En España producimos grandes cantidades de residuos de ropa usada que, ante la falta de venta en el comercio nacional, precisa ser exportada a otros países”, explican en un comunicado. Añaden que “todas las organizaciones privadas, con carácter social, caritativo-benéfico, fundaciones… exportan más ropa usada de la que importan ante el crecimiento desmesurado de la ropa como residuo”.

Y es que según datos publicados por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad hasta agosto de 2017 nuestro país había exportado el año pasado un total de 24.827.633 kilos de residuos textiles (un 20,1% más que el mismo periodo del 2016).

Upcycling the Oceans recoge la basura marina y la convierte en hilo

Con la campaña “Upcycling the Oceans”, la empresa recoge la basura marina “que está destruyendo nuestros océanos” y la convierte en un hilo “de primera calidad” para hacer tejidos y productos. El objetivo es contrarrestar de alguna manera los 450 años que tarda una botella en descomponerse -según aduce Oceana- o las 650.000 toneladas de redes de pescar que yacen en el fondo del mar.

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